"No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió ".
"Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren".
"Uno nunca sabe por quién puede vivir, uno nunca saber por quién puede morir"
En efecto, en el planeta del principito, como en todos los planetas, había hierbas buenas y hierbas malas. Como resultado de buenas semillas de buenas hierbas y de malas semillas de malas hierbas. Pero las semillas son invisibles. Duermen en el secreto de la tierra hasta que a una de ellas se le ocurre despertarse. Entonces se estira y, tímidamente al comienzo, crece hacia el sol una encantadora briznilla inofensiva. Si se trata de una briznilla de rabanito o de rosal, se la puede dejar crecer como ella quiera. Pero si se trata de una planta mala, debe arrancarse la planta inmediatamente, en cuanto se ha podido reconocerla. Había, pues, semillas terribles en el planeta del principito. Eran las semillas de los baobabs. El suelo del planeta estaba infestado. Y si un baobab no se arranca a tiempo, ya no es posible desembarazarse de él. Invade todo el planeta. Lo perfora con sus raíces. Y si el planeta es demasiado pequeño y si los baobabs son demasiado numerosos, lo hacen estallar.
Con agua y comida estará bien. No les importa si eres pobre o rico. Listo o tonto. Inteligente o estúpido. Dale tu corazón y el te dará el suyo.¿Cuántas personas pueden hacerte sentir así, puro y especial? ¿Cuántas personas pueden hacerte sentir extraordinario?
A veces da miedo abrir los ojos, porque por ahí los abrís y ves todo patas para arriba. Y eso es lo que en verdad da miedo, los cambios. Como un chico que juega a las escondidas tapándose los ojos, creyendo que así no lo ven, uno a veces cierra los ojos como si así fueran a desaparecer los problemas. Uno se hace el perro que tumbó la olla, como si el dolor que siente no existiera. Uno detesta y ama a esa persona o a ese espejo que te canta las cuarenta. Uno detesta y ama a quien abre tus ojos. 
En este momento hay seis mil cuatrocientos setenta millones, ochocientos dieciocho mil, seiscientos setenta y un habitantes en el mundo. Algunos huyen asustados. Otros vuelven a casa. Algunos cuentan mentiras para poder sobrevivir. Otros se enfrentan a la verdad. Algunos son hombres malos en guerra contra el bien. Y algunos son buenos, y luchan contra el mal. Seis mil millones de personas en el mundo. Seis mil millones de almas. Y a veces solo necesitas a una.